Procedente de la selección de 20 toneles de la más criada solera de manzanilla en los edificios bodegueros de Sánchez Ayala. Vino intenso, delicado, salino y alegre en el paladar. Fresco y desenfadado.
Procede de una selección de vinos muy especial. Pura elegancia de esta rareza enológica. Un palo cortado no buscado, encontrado. Perfil muy elegante con una delicada finura en nariz.